Rodolfo Mederos se pasea por Medellín hablando el idioma del tango, que también es el suyo. Lo hace en una clase magistral, en sus ensayos con la Orquesta Sinfónica EAFIT, con un joven bandoneonista colombiano (tal vez el único en Medellín) que se le acerca para que lo escuche. Cuando sube al escenario saluda y le da un beso a su bandoneón, y tocan Volver.
Se arrima al micrófono y celebra este homenaje a Gardel, pero pide recordar también a Le Pera. Y en el backstage, charla con Clarín. Dice que aunque el Festival le haya puesto Suite Gardeliana a su concierto, se trata de “una revisión de la historia del tango, desde 1880 a 1970”. Leer nota
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