En forma paradójica, el álbum Maldito tango terminó transformándose en un disco realmente maldito. Primero, porque Daniel Melingo hizo al revés de los mandamientos de la industria discográfica, que obligan a presentar el trabajo poco tiempo después del lanzamiento: cantó los temas en agosto de 2008, antes de que estuviera en las bateas, durante el Festival de Tango, cuando nadie conocía el material. Luego, los siguientes intentos quedaron truncos: un ciclo interrumpido en el Faena (“fueron razones de fuerza mayor”, desliza misteriosamente) y un concierto que quedó postergado en invierno por la gripe A. ¿Será esta vez la vencida? Leer nota
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