No sé si ustedes saben que anteayer
una canción pasó por Barcelona,
desde el Raval, al Prat, a Urquinaona,
nos devolvió la edad de merecer.
Insólito juglar que, en el mester
de clerecía exculpe su madonna,
tan más acá, tan zen, tan respondona,
tan buscona, tan nada que perder.
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