viernes, 25 de septiembre de 2009

Luis Pescetti

Hay momentos en los que hay que invitar con brillo
Convertido en referente privilegiado de los padres progresistas, su éxito máximo se da en México, territorio que siente más cercano a la posibilidad de la inocencia, o al menos no tan cerca del aliento en la nuca argentino, entusiasta del mal paso ajeno. La pérdida de la inocencia, ¿cómo te respondo a eso? Lo primero que vos dirías es que los argentinos en Latinoamérica somos los que tenemos más “suspicacia”, y para mirar con suspicacia no tenés que mirar con inocencia; tener suspicacia es todo lo contrario. Y dentro de los argentinos, los de ciudades grandes, los porteños quizás, sean los más suspicaces de los suspicaces. Y venimos de toda una inmigración que castigaba la inocencia y el que no afana es un gil, con reglas muy duras de sobrevivencia. Leer nota

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