Ahora que Alfredo Alcón ha vuelto a Shakespeare (su última incursión en el universo del autor inglés había sido con La tempestad, en 2000) y que su actual acercamiento a la figura del Rey Lear confirma su extraordinaria presencia escénica –nada nuevo, por otra parte: el propio Alfredo ya se ha hartado del mote que lo define como "el mejor actor argentino"–, viene a cuento repasar con él su extenso camino en el abra de esos personajes que, como Hamlet, Próspero o Ricardo III, seguirán habitando nuestro imaginario por los siglos de los siglos, de la misma forma que los dioses seguirán trazando las genealogías de nuestro paso por el mundo. Leer nota
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