Cual dejà-vú, una noche de lluvia torrencial en el estadio de Vélez Sarsfield volvió a ser el marco de un punto de inflexión en la personal y carrera profesional de Charly García. La primera vez había sido en 1986, en el antológico festival Rock & Pop, cuando tiró a un camarógrafo del escenario y los músicos de su banda se asustaron tanto de su estadio alterado que amenazaron con renunciar. Esa noche se escuchó por primera vez entre el público, tan impactado como los GIT, la tremenda frase: “Charly se muere mañana”.Ayer, en la misma cancha, 23 años después, ocurrió todo lo contrario: la sensación general de las 45 mil personas fue que Charly García había regresado de un largo viaje que había comenzado en esa época de aquella noche de lluvia y locura, tal vez antes, tal vez después, no importa. Leer nota
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