Es posible que a las multitudes no se les pare el tiempo cuando escuchan en Buenos Aires a Joan Manuel Serrat o a Joaquín Sabina, pero a ellos sí se les subleva el corazón y se les para el tiempo. Están enamorados de Argentina, y más específicamente de Buenos Aires. Sabina dice que cuando baja del avión, en Ezeiza, ejercicio que hace con frecuencia desde 1984, se siente en su sitio, "yo soy de allí". Y a Serrat le pasa eso desde 1969, hace cuarenta años, y el corazón no ha dejado de latirle bonaerense. Leer nota y video de Joaquin Sabina
jueves, 29 de octubre de 2009
Serrat - Sabina
Fervor apasionado por Buenos Aires
Es posible que a las multitudes no se les pare el tiempo cuando escuchan en Buenos Aires a Joan Manuel Serrat o a Joaquín Sabina, pero a ellos sí se les subleva el corazón y se les para el tiempo. Están enamorados de Argentina, y más específicamente de Buenos Aires. Sabina dice que cuando baja del avión, en Ezeiza, ejercicio que hace con frecuencia desde 1984, se siente en su sitio, "yo soy de allí". Y a Serrat le pasa eso desde 1969, hace cuarenta años, y el corazón no ha dejado de latirle bonaerense. Leer nota y video de Joaquin Sabina
Es posible que a las multitudes no se les pare el tiempo cuando escuchan en Buenos Aires a Joan Manuel Serrat o a Joaquín Sabina, pero a ellos sí se les subleva el corazón y se les para el tiempo. Están enamorados de Argentina, y más específicamente de Buenos Aires. Sabina dice que cuando baja del avión, en Ezeiza, ejercicio que hace con frecuencia desde 1984, se siente en su sitio, "yo soy de allí". Y a Serrat le pasa eso desde 1969, hace cuarenta años, y el corazón no ha dejado de latirle bonaerense. Leer nota y video de Joaquin Sabina
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