Bebamos, amor mío, que aún nos quedan
noches para morir y la mañana
vendrá para vivir entre tus piernas
calendarios de fiestas y de besos.
Y no hagamos recuento del pasado.
Prefiero que tus manos sean el hueco
donde pueda descansar de la nostalgia,
del vacío de voces que un día fueron.
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