“Con una guitarra y un repertorio te las podés arreglar donde estés”, dice Pablo Dacal, quien por tres meses es un artista rodante que va de ciudad en ciudad europea, casi emulando con su periplo su trabajo más allá de las fronteras establecidas entre el rock y la zamba, entre el tango y la cumbia. El compositor está en Francia luego de haber pasado por España y Berlín, y antes de volver a Madrid: allí cerrará su gira en la sala Galileo Galilei, un lugar clave de la movida española.“El año pasado me propusieron editar el disco en España y querían que viajara a defenderlo. Yo tenía ganas de venir a tocar, pero con un disco editado. Fue un bingo total”, relata Dacal en el mediodía lluvioso de París, luego de cuatro fechas exitosas en la capital francesa, mientras toma un chocolate caliente y dialoga con Crítica de la Argentina. Leer nota
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