El carácter gratuito no dejó indiferente a muchos, teniendo en cuenta los 18 dólares que hay que pagar normalmente para acceder al recinto. El famoso edificio en forma de espiral, construido por el reconocido arquitecto estadounidense Frank Lloyd Wright, fue rodeado ya desde temprano por una larga cola de personas: turistas locales y extranjeros y los mismos neoyorquinos que no quisieron perder la oportunidad. Como Lian Livingston, que vive en Nueva York y que es visitante habitual del museo. "Nosotros venimos mucho porque amamos la arquitectura y este museo, con su espiral, es único". Leer nota
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