Nunca permitió que lo llamasen héroe. Hablaba poco de su experiencia durante la Segunda Guerra Mundial, y cuando lo hacía no se centraba nunca en sí mismo, ni en su heroísmo sino en la tragedia de un pueblo conducido a la muerte. Marek Edelman fue testigo de ese horror y se constituyó en un emblema de la resistencia, la dignidad humana y la libertad.
En el momento de la invasión nazi a Polonia, el primero de septiembre de 1939, Edelman era un joven miembro del Bund, organización socialista judía. En noviembre de 1940, con la creación del Gueto de Varsovia, medio millón de judíos son encerrados y sometidos a condiciones de vida infrahumanas. Un año más tarde, más de la mitad había muerto a causa de enfermedades o de hambre. Leer nota
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